¡QUÉ BUENO LEVANTARSE BIEN TEMPRANO!

¡Qué bueno levantarse bien temprano!
Sentir el movimiento de la gente
que sale a trabajar y no es en vano,

proyecta su futuro en el presente,
tomando por las astas cualquier toro
furioso que arremeta de repente;

las manos son el único tesoro
que existe en el haber de todo obrero,
es bóveda repleta cada poro

y efímera su cuenta en el cajero:
suceso traducido en abstinencia
y crisis sustanciosa en el caldero.

La Patria progresando es fiel presencia
en puestos de trabajo que hacen digno
a cada ser humano por su esencia.

Los callos de las manos son el signo
de esfuerzo colectivo y responsable
que busca para todos lo benigno:

El bien común es logro deseable
de nuestra sociedad organizada
que lucha contemplando lo alcanzable,

en una democracia que es forjada
a golpes de martillo por la vida,
fraguándose un arado con la espada.

Temprano la esperanza está encendida,
los sueños van buscando el horizonte,
madruga la utopía que ya anida
en tanta gente, haciendo que se apronte.

© 2018 Carlos Ariel Albornoz (Tercetos encadenados).

"La primera chispa del día"; Joan Miró.